Colección de puertas que integra mis proyectos “Las Doñas” y “Los Dones”

«Seguimos avanzando, abriendo nuevas puertas y haciendo cosas nuevas, porque tenemos curiosidad … y la curiosidad sigue guiándonos por nuevos caminos».

Walt Disney.

Las piezas que presento en esta ocasión en el Hotel Xcaret Arte, son una selección de dos de mis proyectos que más he disfrutado desde su concepción, hasta la realización de las impresiones y sus intervenciones correspondientes.

“Las Doñas” nace como proyecto hace 5 años, inspirado durante mi paso por a algunos pueblos de Quintana Roo y de Yucatán. En un principio, mis visitas fueron por motivos tales como un simple paseo de fin de semana, un tour fotográfico a la Ruta de las Iglesias o un viaje a Señor para conocer y agradecer a la familia con la que se alojaba mi hija cuando participaba en Misiones.  Como les platicaba: no lo buscaba… pero el proyecto me encontró. Sin darme cuenta fui notando rasgos en cada puerta y en sus herrajes, llegando a sentir parte de la historia, que inicia con la madera que la conforma, pero que representa décadas de guardar y proteger a familias enteras. Pude notar las capas de colores, que atestiguan los momentos de reinventarse de la familia o que simplemente rompen con la monotonía de los últimos años. Estas puertas me cautivaron, por lo que tuve que volver a estos lugares en donde parece que el tiempo se ha detenido, para capturar y conservar en fotografías la esencia de estas puertas, pidiendo que me permitieran integrar a este trabajo la aldaba, el picaporte o la cadena original, diferenciando así esa puerta de cualquier otra, que es única como la historia que ha presenciado y los secretos que guarda.  Decidí nombrar cada obra de esta serie agradeciendo a los seres que más amo y que me han acompañado de manera incondicional a través de mi vida y en algunas haciendo alusión a las personas que habitan o habitaron los inmuebles que estas puertas han resguardado.

“Los Dones” son, para mí, la evolución de “Las Doñas”. Esta colección nace después de haber cursado un seminario sobre el Patrimonio Cultural Inmaterial en mi ciudad.  De allí surgió la idea de enriquecer mi proyecto, conectando las puertas -en este caso de tamaño natural- con lo oficios centenarios de nuestro México, los dones son talentos innatos, heredados y aprendidos entre las personas de una familia, de una comunidad o una zona del país. Con respeto y admiración, llamé “Los Dones” a este trabajo, aprovechando el doble y profundo significado de esta palabra, honrando así el trabajo y las personas quienes me abrieron las puertas de su historia persona y si corazón. Como era de esperarse, comencé cerca de casa en los de Quintana Roo y Yucatán, con la meta de expandir mi proyecto a otros estados en el futuro próximo.  Hoy, les presento a dos personas increíbles: el primero es Don Lucio, apicultor desde que tenía 10 años, nacido en San Fernando y habitante del poblado de Señor, en Quintana Roo. El segundo es Don Amado, quien dedicó 25 años de su vida a la extracción de chicle y que vive en la comunidad de Chanchen Comandante, también en nuestro estado.  Ambos me permitieron, muy amablemente, entrar en sus hogares y aprender sobre sus oficios, teniendo largas charlas sobre nuestras vidas, en el caso de Don Lucio con ciertas pausas por la barrera lingüística que ocasionaba mi desconocimiento de la lengua maya y sus limitaciones en español.

La puerta Don Lucio, está intervenida con encausto, debido a la relación tan estrecha entre este medio y la apicultura, es mi primer trabajo utilizando esta técnica a gran escala. 

Don Amado viene acompañada de su bicicleta (Windsor 28), y los utensilios y herramientas que se utilizan para la extracción del chicle.

«No hay clave para la felicidad; La puerta siempre está abierta». 

Madre Teresa.